Las voces de las mujeres en las religiones hoy son expresión de renovación, de emancipación y por tanto de libertad y de compromiso con los sectores más vulnerables de la sociedad. La realidad de las mujeres creyentes y feministas es importante que cuente con el soporte de las propias instituciones religiosas, pero también con el conjunto de la ciudadanía comprometida ante cualquier forma de invisibilización u opresión de las mujeres.